Esta es una historia trágica y misteriosa, llena de preguntas que siguen sin respuestas.
Elisa Lam era una estudiante universitaria canadiense que desapareció en febrero de 2013 mientras viajaba sola por los Estados Unidos. Su muerte cobró una gran atención mediática después de que se difundiera un video de vigilancia de un ascensor en el Hotel Cecil en Los Ángeles, donde se hospedaba.
Se sabe que previo a su llegada Lam recorrió lugares como el zoológico de San Diego, porque publicó fotos en sus redes sociales. El 26 de enero llegó a Los Ángeles y dos días después se registró en el Hotel Cecil. Inicialmente, se le asignó una habitación compartida en el quinto piso del hotel; sin embargo, después de que sus compañeras de cuarto se quejaran por lo que describieron ante la Policía como comportamiento extraño, la trasladaron a una habitación propia después de dos días.
La zona donde está el hotel, cercano a Skid Row, es muy conflictiva y reina la violencia, por lo que hay razones para pensar que alguien pudo intentar abusar de una persona solitaria.
En su diario de viaje aparece que su plan sería dirigirse el día 31 a Santa Cruz, en California. El día 30 fue a una librería local y le dijo a una empleada que quería libros de regalo para su familia, pero que no pesasen mucho porque tenía que proseguir con su viaje. Ese fue su último día de actividad.
En medio de la búsqueda, se conoció una grabación donde la joven viajera se comporta muy extraña. En el video, Lam aparece de manera extraña, presionando varios botones del ascensor, mirando hacia los lados y moviéndose de manera errática. Las puertas del ascensor no se cerraron. Parecía estar hablando con alguien que no se veía. Entraba y salía del ascensor.
El video, las similitudes con la trama de la película de terror Dark Water e incluso los vínculos sugeridos con una prueba de tuberculosis llamada Lam-Elisa dieron sustento a teorías sobre fenómenos sobrenaturales que inundaron las redes.
Este fue el último avistamiento conocido de Elisa antes de su desaparición.
La policía de Los Ángeles lanzó una búsqueda masiva para encontrarla. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, no logró ubicarla. El caso tomó un giro aún más oscuro cuando, aproximadamente tres semanas después de su desaparición, el cuerpo de Elisa Lam fue encontrado en un tanque de agua en la azotea del mismísimo Hotel Cecil.
En ese momento hubo un gran despliegue policial y fueron interrogados varios funcionarios del hotel.
La causa oficial de la muerte fue catalogada como un ahogamiento accidental. Sin embargo, las circunstancias poco comunes de su muerte llevaron a especulaciones y teorías de conspiración.
Su cuerpo fue hallado desnudo y la mayor parte de su ropa y objetos personales en el fondo del tanque. La oficina del forense del condado de Los Ángeles tardó cuatro meses en publicar el informe de la autopsia, que no informaba de evidencia de trauma físico o signos de violencia previa. Otro dato que alimenta sospechas es que nunca se pudo determinar el día de la muerte.
El caso de Elisa Lam ha inspirado numerosas teorías, debates y discusiones en línea y en la comunidad de detectives aficionados. Algunos sugieren que su muerte fue el resultado de una conspiración o actividad paranormal, otros adhieren a la teoría del accidente que pudo darse bajo efectos de alguna droga; sin embargo, esto último se desestima desde el momento que el examen toxicológico arrojó resultado negativo. Más extraño resultó ver la planilla del forense, que al principio marcó el casillero «muerte en extrañas circunstancias» y tres días después modificó el documento.
¿La tapa del tanque estaba cerrada?
Otro elemento escalofriante del caso es que la persona que oyó ruidos en el tanque dijo que al llegar la pesada tapa esta cerrada.
Según las declaraciones del ingeniero jefe del Cecil (cuyos propietarios siempre se mostraron dispuestos a colaborar en el caso), había cuatro accesos hacia la azotea, donde se encuentran los tanques de agua. Detalló que allí se encuentran tres escaleras de incendios a los lados del edificio y una última que es a través de una puerta del hotel. Aquí hay un nuevo dato que debió llamar la atención de los investigadores. Si Lam abrió esa puerta tendría que haberse activado automáticamente una alarma en la recepción, salvo que haya sido abierta con una de las llaves que tenían pocos funcionarios del hotel.
Tampoco resultaba una tarea sencilla subirse directamente al tanque, ya que requería usar unas escaleras empinadas que no son accesibles para cualquiera.
Incluso, de haberlo logrado, tendría que haber no solamente levantado la pesada tapa, sino también cerrarla desde adentro.
También genera dudas que los perros que recorrieron la azotea los días previos, en medio de la búsqueda, no olfatearon el cadáver.
¿Manipularon el video?
El video (que aún se halla en Internet) es la pieza clave del caso, pero no permite descifrar con claridad lo ocurrido.
Expertos informáticos anónimos que lo han analizado sospechan que el vídeo está ralentizado a -0.3x de velocidad y hay un corte casi imperceptible de algo menos de un minuto desde en el momento en el que Lam sale del ascensor y este empieza a cerrarse y abrirse.
La prensa consultó insistentemente por este punto a las autoridades, pero la policía dice que no tiene la certeza de que el video haya sido manipulado, y que en definitiva, si algo de esto ocurrió, fue para preservar la imagen de alguna persona que fue descartada como sospechosa, para evitar exponerla ante los ojos de millones de personas. Más misterio a un caso que ya no lo necesita.